Cuando empezamos a recordar a los grandes ídolos de la
historia cruzada, no podemos evitar dejar de lado a aquel delantero argentino
que nos deslumbró, aquel jugador que a punta de goles se ganó el cariño de la
hinchada, aquel jugador que hace mucho se ganó merecidamente su cartel de
ídolo. Así es, hablamos del gran Alberto Federico Acosta, más conocido como el
“Beto” Acosta.
Nacido un 23 de agosto de 1966 en Arocena, Santa Fe,
comenzaría a dar sus primeros pasos en el fútbol justo en el club de su localidad:
Arocena F.C. Posteriormente, llegaría a las dependencias de un nuevo club, el
Club Atlético Unión Santa Fe, en 1982. Aquí sería donde haría su debut como
profesional, el 13 de julio de 1986.
Ese sería el inicio de una exitosa carrera, donde los
goles serían la marca patentada por el “Beto”. En 1986, dejaría Santa Fe para
partir a Buenos Aires, donde defendería al club que más lo identificó en su
vida, donde defendería a otro club del cual es ídolo aparte de la UC: El Club
Atlético San Lorenzo de Almagro.
El gran nivel que mostró el “Beto” en San Lorenzo, le
daría la posibilidad de ir a jugar a Europa, específicamente al Toulouse de
Francia, en el año 1990, ahí solo permanecería 1 año, para volver a San
Lorenzo.
En San Lorenzo, volvería a ratificar su buen nivel,
por lo que el club más grande de Argentina se fijaría en él: Tras pasar 2 años
en San Lorenzo, Boca Juniors se llevaría al “Beto”, contratando a uno de los
mejores delanteros que tenía el fútbol argentino en ese momento.
Acosta permaneció muy poco tiempo en Boca, nunca se
sintió cómodo, sin embargo, conseguiría marcar en 3 súper clásicos distintos (2
oficiales y 1 amistoso), por lo que a pesar de su bajo nivel, dejo una buena
marca tras su paso por La Bombonera.
Después de esto, Acosta daría uno de los pasos más
importantes de su carrera: En 1994, firmaría por el Club Deportivo Universidad
Católica. Desde un inicio el “Beto” fue demostrando el gran cartel con que
llegaba a Chile, junto a su ex compañero en San Lorenzo, el “Pipo” Gorosito,
formaban una dupla letal en el fútbol chileno. En su primera temporada en el
fútbol chileno, Acosta sería goleador del torneo con 33 tantos en 25 partidos
disputados.
Además, sería participe del título de la copa
interamericana, único título internacional del club. El “Beto” estuvo 5 fechas
suspendidos en este torneo, una por acumulación de tarjetas, y 4 por algo muy
recordado: La agresión a Luis Musrri en un clásico universitario. En estos
partidos, la UC bajaría claramente su nivel.
Tras 3 exitosos años en la UC, el “Beto” le da un giro
completo a su carrera, partiendo a jugar a Japón, específicamente al “Yokohama
F. Marinos” donde solo alcanzaría a estar un año, para volver a vestir la
casaquilla cruzada. El cariño que le había adquirido el club, además de la
competitividad que le entregaban, eran importantísimos para el “Beto”.
En su vuelta a la UC, si bien el “Beto” no sería
goleador del torneo, si se dio el lujo de festejar un
título con la franja tras 10 años. Este título es muy recordado, ya que sería
ganado en partidos de definición frente a Colo-Colo. En el partido de vuelta,
donde la UC se impondría 3-0, Acosta marcaría el 1-0 parcial a los pocos
minutos de partido con un notable cabezazo.
Acosta se iría de la UC a fin del 1997, ya que volvería a
vestir los colores de su amado San Lorenzo. En el “ciclón”, sus goles y buenas
actuaciones que esperaban los hinchas le valieron una segunda oportunidad en
Europa: El Sporting de Lisboa de Portugal contrató sus servicios.
En el cuadro portugués, permanecería entre 1999 y
2001, donde volvería al club de sus amores. Este último paso por San Lorenzo
significaría el retiro del “Beto” pero se despediría a lo grande: La copa
Mercosur del 2001 (La última que se disputó), y la copa sudamericana del 2002
(La primera que se disputó), serían los trofeos que le darían una enorme
despedida al ídolo de San Lorenzo, quien convirtió más de 100 goles por esta
institución. En su último partido, convertiría el gol nº300 de su carrera en un
penal, terminando de forma exitosa su gran carrera.
Para la anécdota queda que en el año 2008 el “Beto”
decidió volver a jugar, con 41 años vestiría los colores del Club Atlético
Fenix, correspondiente a la cuarta categoría del fútbol argentino. En su debut,
anotaría un gol, demostrando que su capacidad goleadora, aquella que la hizo
brillar en muchos clubes, seguía intacta.
Además, el “Beto” tendría algunas nominaciones a la
selección argentina, donde disputaría 19 partidos y anotaría 2 goles. Participó
en las copas Américas de 1993 (Argentina fue campeón) y 1995.
El punto negro de la vida del “Beto”, sería el cáncer
tiroideo que le detectaron, y del cual fue operado en el 2011. Pero como todo
buen cruzado, supo salir adelante, y hoy en día no parecen quedar secuelas de
esta difícil situación que debió enfrentar.
Una exitosa carrera para un goleador de estirpe. Un
delantero que brilló en muchos clubes, un delantero que también pudo defender a
una de las selecciones más importantes del mundo. Uno de los tantos extranjeros
que se ha encariñado enormemente con la UC, pero de los pocos que tiene el
privilegio de ser considerado un ídolo por la parcialidad cruzada.
por Ignacio Pavon, en twitter lo encuentras como @ignaciopavon
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